(Raúl Gorrín) La sociedad actual no es la ideal. Se han perdido o distorsionado los marcos de referencia, los valores. El bienestar de las personas, de la familia y social, está en juego. Las emociones negativas parecen haberse instaurado y permanecen sin ánimo de desaparecer. Afortunadamente, las emociones positivas aún existen y es necesario hacerlas prevalecer por sobre las negativas, especialmente la rabia y el miedo. No es que no sean necesarias, pues las emociones negativas tienen como fin resolver situaciones de supervivencia, proteger a los individuos de las asechanzas de su entorno. El problema está en que tienden a reducir la cantidad de respuestas que se está en capacidad de emitir. El ser humano se centra en la emocionalidad negativa y, en tal sentido, la información que se recibe se procesa desde ese punto de vista. Es así como las respuestas son la agresividad instantánea, la negación de realidades diferentes, la apatía o la abulia. Y si bien es cierto que el miedo o la rabia permiten salir del peligro en algunos momentos, también llegar a inhabilitarnos o incrementarse hasta tal extremo que aparece en escena la depresión del sistema inmune. (Raúl Gorrín) Entretanto, la emocionalidad positiva ayuda a responder de manera eficiente ante las patologías. Igualmente, las emociones positivas permiten la conexión social, el crecimiento y el desarrollo, al tiempo que abren la puerta a una adaptación positiva a la adversidad. Entonces las respuestas son más diversas y encaminadas al bienestar, decidir creativamente. Lo que debemos hacer, entonces es trabajar para disminuir la emocionalidad negativa e incrementar la positiva. La voluntad será un factor determinante en ello. Una fórmula para deducir lo negativo es informarse adecuadamente, sin excesos, con lo cual se amplía el espectro de posibilidades que tenemos ante los hechos adversos, pero sin caer en la saturación. También hay que evitar quedarse instalado en lo negativo regodeándonos en los negativos que nos sucede. Aumentar la emocionalidad positiva pasa por agradecer por aquello que tenemos y por quienes han contribuido con nosotros para que lo tengamos. Mientras la persona dedique su tiempo al agradecimiento, menos oportunidad tendrá para fijar el pensamiento en lo que no se tiene, en nuestras carencias. Pensar en lo bueno que nos ha pasado es una técnica que también contribuye al cultivo de la emocionalidad positiva. Recordar los hechos positivos de pasado, los del presente y lo que visualicemos para nuestro futuro, degustándolos y disfrutándolos propicia la positividad. En la medida en que nos conectamos con los demás a través de la generosidad, la amabilidad, la confianza, nos abre a las emociones positivas. No se trata de esperar que del cielo caiga lo bueno, es predisponernos proactivamente hacia el bienestar, con disposición al trabajo y entendiendo que no es cuestión de azar o providencia. (Raúl Gorrín) Visita también: El emprendimiento humanista Los nuevos emprendedores Referencia empresarial Conciencia social Productivity and Efficiency The Entrepreneur-humanist
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Raúl GorrínBienvenidos a mi blog. En este espacio se discute sobre temas de gerencia, productividad, visión de negocios y sobre el Compromiso Social de Emprendedores que toda empresa debe tener con su entorno. Archivos
Mayo 2017
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