Por Raúl Gorrín. Hemos venido hablando del estrés laboral y de cómo éste afecta tanto al trabajador como a la empresa. Pues bien, es bueno que además sepa que no existe un solo tipo de este padecimiento, sino dos. Esta clasificación obedece a la duración del estrés laboral y al alcance que aquellas situaciones estresantes pueden llegar a tener. Pero no se alarme. No todos los tipos de estrés afectan del mismo modo a todos los trabajadores. Así tendremos que mientras por una misma razón algunos empleados se ven enormemente afectados, otros apenas si sienten algunos síntomas. De acuerdo a la duración y el alcance del estrés laboral este puede ser episódico, que es aquel que tiene un nivel de ocurrencia puntual y en determinados momentos. Es de corta duración y su naturaleza es esporádica. Dentro de esta clasificación encontramos, por ejemplo, el estrés ocasionado por un despido, el cual desaparecerá al momento en que la persona consiga un nuevo empleo. También encaja dentro de este tipo, el estrés que tiene lugar en los momentos pico de trabajo, al momento de tener que presentar el informe trimestral, por ejemplo. Los efectos del estrés laboral episódico apenas si son perceptibles. Pero no siempre, pues en algunas oportunidades pueden prolongarse en el tiempo y se transforma en crónico. Así tenemos que el ya citado estrés laboral crónico es el que tiene lugar por una exposición permanente, repetitiva y extendida en el tiempo a factores estresantes. Como ya apuntamos, puede ser un estadio superior del estrés laboral episódico debido a que gradualmente ha ido minando la resistencia del empleado. En el mediano y largo plazo las consecuencias de este tipo de estrés pueden ser mucho más dañinas e, incluso, graves. Es el caso del estrés ocasionado por las constantes peleas entre empleados, la inestabilidad laboral, los traslados constantes, altos niveles de exigencia, la presión constante. El estrés laboral puede ser positivo o negativo. En la primera de estas clasificaciones encontramos el Eustress, el cual tiene lugar como respuesta de alerta y de respuesta eficaz a una exigencia laboral que lleva a una mayor productividad pues es altamente motivador. Como estrés laboral negativo tenemos el Distress, que es el tipo que causa una respuesta inadecuada en el organismo del trabajador cuando se rebasan las capacidades de este o es muy repetitivo. Aquí estamos ante una situación perjudicial que redice el rendimiento y, por tanto, la productividad.
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Raúl GorrínBienvenidos a mi blog. En este espacio se discute sobre temas de gerencia, productividad, visión de negocios y sobre el Compromiso Social de Emprendedores que toda empresa debe tener con su entorno. Archivos
Mayo 2017
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